Estamos en un tiempo donde lo esencial, lo que no se ve es fundamental para la subsistencia de nuestra persona mientras el esposo se demora.
Está todo bien hasta que Dios no nos responde.
Sin un combustible, la llama en sí misma se apaga pero la llama no es lo que hace que nos sostengamos en el tiempo. Tenemos que entender que somos vasijas para ser llenos del aceite del Espíritu.
Ingredientes para el aceite que necesitamos:
• Comunicación con el Padre: Esto es lo que mantiene viva la llama, lo que garantiza la espera en la tardanza.
• Comunión con el Hijo: Todas las cosas te son reveladas cuando tomás el vínculo con la Palabra.
• Contacto con el cuerpo.
Las respuestas vienen pero hay que saber esperarlas, manteniendo la llama encendida con el aceite de la comunicación, la comunión y el contacto!
(Mateo 25)