Parece que a todos nosotros nos pasó lo mismo que a los discípulos; Jesús entró en nuestras barcas y luego se fue a dormir al fondo. La vida continúa, avanza vertiginosamente y nosotros, como un conductor de fórmula 1, solo vemos lo que tenemos delante. Y si te preguntan, vos respondes: Ahí está Jesús, ¿está?, sí, pero dormido al fondo.
Despertar a Jesús es urgente. No discuto que lo tengas cerca. No discuto que esté en tu vida.
Pero asegúrate que no este dormido(…) No tengas miedo, no te olvides Él y dejá tu ego de lado.