La Biblia relata la historia de un hombre rico que organiza una gran fiesta y le envia la invitación a todos sus contactos para una fiesta sin precedentes!
Su anhelo era ofrecerles a todos sus invitados la mejor fiesta que jamás hayan vivido, pero después de haber recibido la invitación se encuentra con que muchos invitados ponen excusas para no asistir (Lucas 14.16-23)
Esta es la fiesta de la aceptación de todas las personas, de un amor puro para con todos los invitados, la fiesta de las segundas oportunidades, la fiesta de la paz.
El desafío de Jesús fue comunicar esta fiesta a todos y a la que todos estamos invitados y a la que Él nos sigue invitando a participar.
La invitación a veces tiene impedimentos y distractores que hacen que nos perdamos la fiesta.
• Todos nosotros tenemos una historia y una experiencia pasada y en la fe muchas veces se piensa que lo que nos contaron, lo que vivimos, lo que vimos tiene algo que ver con esta fiesta.
Esa historia puede impedirnos disfrutar la propuesta de Cristo de vivir una experiencia única, tenemos que soltarnos a la incertidumbre hermosa que te da caminar este camino con Cristo que no sabes adonde va pero que sabes que es de bendición.
Tenemos que soltarnos a que Dios haga con nosotros «lo que Él quiere» y tenemos que atar «lo que nosotros queremos» que Dios haga en nuestra vida.
• Otro distractor es la realidad, porque afuera de la fiesta es desgarrador lo que sucede, el mismo mal está ahi presente. Pero en esta realidad lo importante es saber cuál es nuestro rol y decidir quién es nuestro Dios antes de que otros decidan por nosotros.
• La forma en que invitamos a que la gente venga a semejante fiesta, durante muchos años ha sido mal comunicada.
Probablemente fracasamos varias veces a dar el mensaje de invitación, en un mundo donde vemos claramente que el mal está triunfando sobre la humanidad.
Aceptar la invitacion a la dimension de la fiesta inolvidable es una decision que hay que tomar todos los dias!