Sorbida es la muerte

Mientras más nos enfocamos en el envase que traemos, cuando le damos lugar, más difícil se nos hacen las cosas en la vida. Cuerpos débiles, cuerpos viejos, cuerpos cansados, cuerpos enfermos…mentes débiles, frágiles, susceptibles, a veces mentes enfermas. Sentimientos fluctuantes, inestables, arraigados, inamovibles…sentimientos enfermos.

La muerte está dentro nuestro haciendo una obra, todos sabemos que vamos a morir.Hoy Dios nos desafía a través de Su Palabra a llevarnos a un lugar donde hay algo trascendente…que es de bendición para éste envase que llevamos todos.

De repente aparece algo en nuestro envase que nos hace sufrir y muchas veces eso ocurre en nuestra mente, en nuestro corazón.(2° Cor. 5.5)
Dios no ha dado, a través de la sangre de Cristo, una garantía, un contrato de que la VIDA viene a nosotros para absorber todo lo mortal, viene para inundarnos de vida en todos nuestros entornos de este envase.

El contrato de nuestra herencia, el que firmamos todos los que creemos, es una gran bendición de vida para nosotros. (1° Cor.15.53 )
Aquellas cosas que nos llevan a al muerte, lo que nos ata a la decadencia humana aún en lo corporal, cuando firmo el contrato soy inundado de la vida de Cristo. La herencia es que nada de la muerte estará dentro mío.

Estamos yendo hacia algo que no es la muerte, cuando nacemos en la tierra sabemos que nos dirigimos hacia allí pero, cuando nacemos en Cristo, los hijos de Dios sabemos que vamos hacia la vida sin final y mientras tanto no hay muerte alrededor. Aunque mi cuerpo se queje, a nuestro alrededor hay vida, no hay nada corruptible no hay nada que me mate cuando estamos en la vida en Cristo. Yo me dirijo a la vida!

Y Dios nos ha dado este ministerio de la reconciliación, y nos manda a nosotros que somos una nueva criatura que le contemos a las personas que Dios en Cristo quiere que una nueva vida fluya a todas las personas. (2° Cor.5.16)